¿Alguna vez te has parado a reflexionar sobre qué obstáculos te frenan para ser tu mejor yo? Considera esos pretextos que te has dado para no abandonar tu mal llamada “zona de confort”. Sí, digo mal llamada porque a menudo, la comodidad y el conformismo son el preludio del “excusismo”.
“No puedo hacerlo.” “Es muy complicado.” “No me atrevo.”
El excusismo es el refugio de los conformistas. Empiezas a evolucionar cuando tus metas eclipsan tus excusas.
La peor tragedia en la vida de alguien es aspirar a poco y conseguirlo. La conformidad nubla el juicio, llena tu vida de temores e inseguridades. Entiende bien, serás capaz de dejar atrás la mediocridad solo si persigues la excelencia.
Con más de dos décadas de experiencia profesional, he conocido a una gran variedad de individuos. Y puedo afirmar que existen dos tipos de personas: aquellas que se lamentan todo el tiempo y aquellas que avanzan a pesar de los obstáculos y personas que los crean. Los primeros se quedan estancados en la mediocridad. Y confía en mí, la mediocridad es el enemigo número uno del éxito. Como dijo Jules Romains:
Se dice que somos el promedio de las cinco personas con las que más tiempo pasamos. Para evitar el contagio de la mediocridad, elige bien tus compañeros cotidianos. La mediocridad es viral; se propaga fácilmente en entornos conformistas donde el talento no se fomenta.
Mantente alejado de aquellos que menosprecian tus sueños. Los verdaderos líderes te hacen sentir que también puedes lograr grandes cosas. Acostúmbrate a vivir en un estado de mejora constante. Disfruta este ecosistema; acostúmbrate a sentirte a gusto en el malestar.
La mediocridad es universal; afecta a todas las personas, independientemente de su sexo, religión o profesión. Otra forma de detectarla es cuando los líderes no pueden reconocer el talento en sus equipos. La mediocridad también es no percibir la grandeza cuando está justo frente a ti.
Todos hemos sido pioneros alguna vez, al menos nueve meses antes de nacer. El ambiente tóxico a menudo nos ciega a nuestro propio potencial. Debes tener fe en tu grandeza interior; lo que deseas está al otro lado de tus miedos. Si crees, construyes.
Hablemos de éxito y del cambio necesario para alcanzarlo. Estamos en la era de la información, con acceso a un conocimiento vasto. Encuentra a tus líderes e inspírate en ellos. Y si puedes, aprende de sus propias inspiraciones.
Recuerdo una conferencia del Dr. Ichack Adizes, donde expuso la fórmula del éxito en las transformaciones organizacionales. Su mensaje era claro: el cambio es inevitable y esencial. Las organizaciones que no cambian están destinadas al fracaso. Pero el cambio trae conflictos, que solo se superan con respeto y confianza mutua.
En resumen, el éxito en cualquier transformación se basa en equilibrar el cambio interno con la adopción de nuevas oportunidades externas, guiados siempre por el respeto y la confianza.